miércoles, 1 de octubre de 2014

En el mar de tu nombre: la tristeza; la esperanza *




Me he sumergido en un viaje curioso y lento en la posibilidad de la imposibilidad de que algo esté, de que tú estés como este verano. Verano que pasa radiante, como tú, que te ocultas en el otoño de tus palabras secas; recuerdo tus crujidos, tus abrazos cálidos y a la vez fríos. Te busco en el sonido que viaja y en las ilusiones que el cansancio causa: 

Las hojas de los árboles caían
se escuchaban como olas el ruido de los carros al pasar.
Era solo ver que el sol cambiaba
y las sombras otras eran. 


Después desvié la mirada como no queriendo ver que me aproximaba al borde del final: En el mar de tu nombre, que me recordó a las fotografías de cuando era niña, de momentos que a veces se extrañan porque uno se ve feliz, porque se puede ver el alma viva y sonriente, apenas creciendo; fresca. 
En el mar de tu nombre, me recordó a lo triste que es no tenerte y compartirte mis aventuras, pero me siento feliz de pensar -esperanzada- de que pronto sonreiremos juntos; que te encontraré más allá de las palabras, y más allá de los cuerpos que conviven uno con el otro. 
En el mar de tu nombre, las cosas son y no son lo que serán hipotéticamente. Ha subido la marea, y la tripulación de mi barco pirata, sigue, con mis emociones que se hacían grandes como las olas de un mar picado. 










*(escrito basado en la novela de Carlos Sánchez "En el mar de tu nombre")