A la mujer que hizo posible mi existencia.
A ella que me hace sentir
tranquila, protegida y confiada.
A ella que me hace recordar que
el mundo aun se mueve y que no se detendrá cuando lloro.
A ella que me hizo ser valiente
en su ausencia y que su voz me guiaba en mis deberes.
A ella que nunca me prohibió lo
que yo quería hacer, sino que me hizo responsable por mis actos.
A ella que me contaba cuentos por
las noches mientras yo veía las letras.
A ella que me vestía como
muñequita y con zapatos de charol.
A ella que me cantaba cuando me
sentía triste.
A ti, madre mía.
Tu lady Laura siempre te abrazará.
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