domingo, 26 de febrero de 2012

Mi pequeño infierno

La danza de mi sombra,
la sombra de mi danza.
Ser uno, siendo dos.

- No es un plan ni una venganza-

Extrañarte en la oscuridad,
a media luz, con luz...
y escribir mientras mi lápiz
se desmorona, por el peso
de lo que encierro en mi.

No encuentro definición,
no la he encontrado aun...

Extrañarte no era mi plan.
(ahora quiero un abrazo)

-¡Lástima!-

Aborrezco este momento
de no saber nada, de no saber si
tú también me extrañas.

No sé nada ya, de clasificación de amor
del destino o algo del corazón, nada sé.
                    Nada.

Esperaré a que salga el sol.

Ahora, estás en mis delirios de insomnio.
- Siete para las seis...

- Seis y treinta:
El sonido del tren me remite
a un parque de diversiones de alguna
historia de terror o de suspenso.
Parece que cargan cajones para muerto,
de personajes que no pueden descansar.
Gritan, y siento que los veo.

No me dejan dormir...

Malditos vagones,
               Malditos rieles,
                              Malditas vías del tren!


-Doce para las siete:
La luz del sol quemará mis ojos que aún no te han visto.

Me quedo en suspenso,
con el tic tac de mi reloj de mano
- mi pequeño infierno-

- siete para las siete.

...las siete, ya.

Sólo apagaré la luz y me recostaré
en mi cama llena de almohadas
que no tienen corazón y que no me cuentan nada.


Los rayos del sol ya tocan mi ventana,
hasta parece que el invierno se derrite,
pero aun no es primavera, aún no.

Pierdo el equilibrio para bailar.
... siete con doce... Basta!
No quiero bailar con la burbuja.
Concédeme esta pieza de locura,
de insomnio y de oscuridad.

-Siete y veintiséis


-Nueve y veintiséis:
Tengo náuseas de esto,
que tal vez, esté de más...










                                                                                                                                                    Laukis Nuréyevska 

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