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Siempre que llego a mi cuarto, de noche,
me recuesto sobre mi cama, a pensar y cuestionarme.

Sucede, que entre tanto que pensar,
volteo la mirada, hacía mi pizarra,
donde escribo ideas; ideas como:
"Conócete a ti mismo y conocerás
al universo y a los dioses", ideas
como que el tiempo no es algo material
si no algo subjetivo, y nuestra consciencia
le da un valor relativo...

ideas como "crear y actuar" ,
no tener miedo;
ideas sobre la palabra aparentemente vacía.

Entre tanta cosa, siempre encuentro algo nuevo
como: "Listen to your heart"
"¿Sobrevivir o vivir?"

En todo esto, parece que más bien
sobrevivo, pero debería vivir.
La verdad, es que he puesto que no hay que tener miedo
y poner a funcionar mis fuerzas motoras internas,
pero sí, sí tengo miedo.

Me siento extraña-extranjera, al entrar a ese mundo
donde se supone que pertenezco, a ese mundo que es mío.
Pero siento miradas sobre mí; miradas que se convierten en fondos negros
y en fieras críticas de nada que les incumbe.

Tengo miedo de ese mundo
que lo veo frío cuando tendría
que ser cálido.

Me hago de distintos planes e
idénticas estrategias, donde sobrevivo,
pero, eso no es lo que busco.
Yo quiero vivir!

No quisiera ser intermitente,
pero, hasta ahora es lo que he sido.

A veces no quiero escuchar al mundo ,
porque me entorpece.

Me hago de tiempo libre que no existe, para respirar otro aire,
para hacer una nueva partida en este ajedrez y laberinto
donde me pierdo y recreo un escape, pero más que un escape,
una solución con sentido a esto (signo de interrogación que llevo conmigo).

Todo por culpa de querer bailar con gracia!


Me he convertido en monómana,
me he trastocado el corazón.

He saboteado un poco
hasta mis propias reglas.

- No conseguí mucho-


Día distinto, día extraño:
Cuando pensé que no vería otra idea nueva en mi pizarra,
sucedió que ahí estaba: "Haz lo que quieras, pero piénsalo dos veces"