Sucumbe ante el terror
de un ayer olvidado
y de un mañana no existente,
vidas sin sentido, escombros
de la humanidad, sentimientos reprimidos,
pensamientos obscurecidos; ideas esperando
en las tinieblas, corazones devastados,
espíritus derrotados...
Silencio! Espera. Detente.
Escucha el pulso
y la respiración de un alma nueva.
Sin remordimientos y sin obscuridad.
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